Para museos accesibles, el del Gigante de Santa Lucía

Por: Susana Gómez Hernández. Fundadora de CoPeSoR*

En días recientes el Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin cumplió un año de haber sido inaugurado, para conmemorarlo, el pasado 11 de febrero se realizaron actividades artísticas y recientemente en redes sociales anunciaron la convocatoria “El nacimiento del gigante de Santa Lucía” cuya misión es encontrarle un nombre al esqueleto del mamut colombino que se encuentra en el museo.

El Gigante de Santa Lucía recibe a los visitantes a la entrada del museo en Santa Lucía. A un costado del mamut va entrando un señor con bastón blanco. Foto: Cortesía Tere Martinez

Para llegar al museo es necesario ingresar a la base militar Santa Lucía donde está el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la estación más cercana del mexibuses Glorieta Militar, llegar ahí desde la Ciudad de México toma alrededor de 2 horas saliendo de la estación del metro Guerrero rumbo a Ciudad Azteca, después se debe abordar elmexibus expreso rumbo a Ojo de Agua y finalmente hacer otro transbordo en dirección al AIFA.

Al centro de esta sala del museo del mamut hay tres mamparas con información en audio, braille y figuras en relieve que se pueden tocar. Foto: Susana Gómez

A la entrada de la base es necesario dejar una identificación y caminar unos 15 minutos o tomar un taxi. El Quinametzin forma parte del complejo cultural que se construyó junto con el aeropuerto.

Las notas periodísticas sobre el recinto han destacado la gran cantidad de restos encontrados, el proceso de excavación o la inauguración del museo, sin embargo, un aspecto que ha pasado inadvertido y desde donde vale la pena posicionar la mirada es desde la accesibilidad y la inclusión a personas con discapacidad.

Módulo con un bocina en la parte superior, en cuando uno se coloca debajo, puede escuchar la narración. La mampara se anuncia como “gabinete de curiosidades imaginarias”. Foto: Susana Gómez

Derechos culturales y accesibilidad

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) es un instrumento internacional clave que plantea una manera distinta de entender la discapacidad. Contrario al enfoque denominado médico-rehabilitador, que pone el énfasis en las deficiencias como la razón principal para que las personas se encuentren excluidas o al margen dela sociedad, el modelo de derechos humanos deja claro que la discapacidad es parte de la diversidad humana y que la situación de exclusión se debe a las barreras actitudinales ydel entorno que imposibilitan su plena participación.

El planteamiento representa un gran reto, por un lado, implica erradicar prejuicios y estereotipos negativos asociados a la discapacidad y por otro, identificar y eliminar las diferentes barreras a las que se enfrentan.

Pantalla con el video de una persona intérprete de Lengua de Señas Mexicana.

Particularmente, el artículo 30 de la convención es el que hace referencia a la participación en la vida cultural, actividades recreativas, esparcimiento y deporte. Ahí se enmarca una serie de acciones que los gobiernos tienen que llevar a cabo con la finalidad de que ejerzan sus derechos culturales en igualdad y para ello las medidas de accesibilidad juegan un papel trascendental ya que habilitan el espacio y lo dotan de las condiciones materiales necesarias para que las personas con discapacidad tengan acceso en igualdad.

Un recorrido accesible

Un mamut de grandes dimensiones nos anuncia que hemos llegado al museo, para entrar hay una rampa, cruzar la puerta nos lleva a un espacio circular en el que un mamut de grandes colmillos da la bienvenida a las visitas rodeado de cristales que lo protegen de manos curiosas y sobre él, un techo de cristal para mirar el cielo, detrás, el paisaje de una mamá mamut cuidando de su cría a orillas de un lago, no es necesario voltear al piso para notar que también le rodean líneas grises que sobresalen del piso brillante mientras que alcostado de la entrada unas cuantas sillas de ruedas esperan impacientes la llegada de alguien que requiera su servicio.

Un audio inunda la primera sala cada vez que alguien se acerca a la primera pieza, una voz de mujer que habla sobre laformación de la Cuenca de México, las líneas grises continúan y nos guían en el recorrido, un espacio ovalado lleno de cédulas con textos, imágenes y debajo de ellas pequeñas pantallas con audífonos que cuelgan a su lado, la pantallatiene las siguientes opciones, audio en inglés o en español, subtítulos o lengua de señas, esto llama mi atención y miro alrededor, más de una docena de pantallas, tan solo en la primera sala, con información en lengua de señas mexicana(LSM), sin dudarlo le mando a Erik, mi hermano sordo, mensajes con fotos y videos de las pantallas, en el centro de la sala, dos islas que invitan a jugar y a tocar unas placascolor plateado con un texto en braille.

“Sendero de la fauna del pleistoceno”. Los visitantes cruzan una cortina de lianas. Foto: Susana Gómez

Me asomo a la siguiente sala, la trayectoria del mamut, las pantallas y las líneas grises continúan, un esqueleto, un mamut bebé, una maqueta que recrea el paisaje prehistórico son algunas de las piezas que sin duda roban la atención, todas con un letrero de no tocar, en el centro, una cédula que dice “cómo hablar con la niñez sobre el fin del pleistoceno”, además de la pantalla le acompaña un texto en braille, tres botones y pequeñas reproducciones animales hechas para tocarse, ante esto varias personas se dejan llevar por la curiosidad de sentir la textura de aquella fauna monumental.

 

Sigo a la sala tres, diversidad de fauna que habitó la cuenca en el pleistoceno, en ella sobresale una pared sobre la que se exponen pequeñas figuras de animales que habitaron aquella época, la continuidad de líneas podotáctiles no se ha perdido, más pantallas con LSM, algunas cédulas en braille y algunosrecursos táctiles, en los textos se aprecia el esfuerzo por hacerlos comprensibles para todas, con un lenguaje sencillo.

Mampara señalizada con huella podotáctil, con la explicación gráfica de la genealogía del mamut. Foto: Susana Gómez

Continuo a la sala sobre poblamiento, ahí destacan dos hileras de cráneos desde donde se escucha el rugir de un león en la oscuridad que hay detrás de una cortina de enredaderas, mientras observo la cédula de Naia, una mujer enigmática, oigo los pasos apresurados de un niño que corre temeroso al oír el rugido, su mamá lo alcanza, lo toma en brazos y lo recuesta sobre su hombro para que no vea lo que le espera, les sigo y los ruidos, algunos irreconocibles, no se detienen, a nuestro paso una parvada en el cielo y a nuestro lado bestias que nos observan, el niño llora y su mamá se apresura a saliren dirección a una luz que se cuela por las enredaderas y queles llevará lejos de aquella cámara oscura donde se recreaun ambiente fantástico.

 

Nos espera la sala de los fósiles, las líneas podotáctiles, pantallas, textos en braille, audífonos y videos continúan abarrotando el espacio. Vitrinas con fósiles y otras tantas imágenes, unas cuantas reproducciones para tocar. Se acerca el fin del recorrido, la última sala nos presenta el proceso de excavación, ya sin pantallas ni audífonos, pero con textosbreves y fotografías que evidencian el trabajo que hay detrás de un hallazgo de esta magnitud. Nos despide una gran pantalla con recuadro de interpretación y un piso de cristal que deja ver una excavación debajo de nuestros pies.

Mampara con información en Braille y figuras en relieve. Foto: Susana Gómez

Desde luego que en accesibilidad siempre se puede pedir más, hay muchos videos y audios, pienso que aún es posible adaptar más, quizá con una audioguía que describa las imágenes de las paredes, las maquetas o las cédulas, quizá con reproducciones de toda esa fauna para poder tocar, tal vez con personas sordas en los videos o guiándonos en el recorrido, hace falta un espacio para el descanso, pero de lo que no mequeda duda es que es un museo que hay que visitar, para familiarizarse con otras formas de aprender o de hablar y para imaginar formas de incorporar medidas de accesibilidad que incluyan a la diversidad de personas con discapacidad. 

Entrada del museo del mamut con una gran escultura de un mamut pasado sobre las patas traseras. Foto: Cortesía de Tere Martínez

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