Laboratorio de lo Invisible: arte en comunidad

  • Proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA)

El Laboratorio de lo Invisible es un proyecto que pone especial énfasis a trabajar en espacios de participación que fomentan la autonomía. Los talleristas son Jorge Lanzagorta, comunicólogo que ha dedicado la mayor parte de su vida a crear proyectos en pro de la inclusión y accesibilidad para personas con discapacidad; Dana Albicker Mendiola, fotógrafa y realizadora audiovisual involucrada en la producción y acompañamiento de proyectos sobre investigación artística; y Moisés García Rojas, antropólogo social y realizador audiovisual, con experiencia en investigación en México, con el tema de discapacidad.

La perspectiva del Laboratorio de lo Invisible se basa en construir en lo local propuestas sociales integrales desde el tema de la discapacidad, la ruralidad y lo comunitario, desarticulando y desplazando ideas, prejuicios, y actos que apelan a construcciones de supuestas normalidades que de hecho han discriminado de forma histórica a las personas con discapacidad.

(Cartel que anuncia el Laboratorio con logos del FONCA y la Secretaría de Cultura. Un hombre joven está sonriendo y sostiene en sus manos una cámara de madera y un bastón blanco. )
(Cartel que anuncia el Laboratorio con logos del FONCA y la Secretaría de Cultura. Un hombre joven está sonriendo y sostiene en sus manos una cámara de madera y un bastón blanco. )

El equipo de talleristas reúne características que se pueden considerar óptimas para realizar piezas audiovisuales basadas en la crítica y la reflexión situada, aspectos que hoy en el cine nacional continúan siendo escasos. En esa dirección la mayoría de las historias que generan representaciones vinculadas a la vida de personas con discapacidad en el cine producido en México, siguen basadas en la estigmatización, la discriminación, pero sobre todo en el desconocimiento de sus experiencias, de los retos diarios que enfrentan las personas con discapacidad y sus familias, incluso desconociendo su misma existencia y su nombre.

Las actividades que se generan en el laboratorio forman parte de esfuerzos por alentar la participación profesional de las personas con discapacidad en los ámbitos del arte en relación de su vida, en relación de los espacios comunitarios, así como urbanos, y así evitar que el mundo de las teorías ordenen sus vidas, es decir, que se establezcan criterios externos, ajenos a la propia experiencia de las personas, y en cambio sí se consideren las distintas formas de relacionarse con el arte de forma directa en la vida de las personas con discapacidad.

Para los talleristas Jorge Lanzagorta, Dana Albicker y Moisés García es importante dejar en claro qué y quiénes son, expresan que además de compartir los puntos en los que basan el laboratorio es importante no generar falsas expectativas. Más allá del temario eje, no se tiene una serie de temas establecidos previamente, sino que se le da la importancia necesaria a la palabra y decisiones de los asistentes al taller, por esa razón cada taller es muy distinto y potente en sus formas.

Conforme va avanzando el taller se intenta que cada asistente cumpla distintos roles, dentro del temario y las actividades se genera un espacio de confianza para poder compartir procesos y miradas, esto apunta a que se trabaja con un grupo muy diverso de personas, que cada uno es diferente y que la mayoría de las ocasiones existe mucha desigualdad.

El objetivo es estimular creaciones artísticas. Esta experiencia lo cumple y va más allá, pues además de la capacitación técnica en el manejo de equipos de audio y video, así como el uso del lenguaje audiovisual en los emplazamientos de cámara aplicados en los guiones escritos durante el taller, se cuenta con el beneficio de generar acercamientos y encuentros entre las distintas vivencias de los participantes en las ediciones anteriores de los talleres. En el compartir de experiencias de una comunidad a otra, de espacios comunitarios a urbanos, creaciones de nodos y redes a través de proyecciones locales hay acciones concretas encaminadas a mostrar, develar, señalar y disolver actos de discriminación dirigidos a personas con discapacidad en sus propios contextos. Y esto se logra con situaciones motivadas desde la clave de la autonomía.

Cartel con los logos de Cultura y Fonca, en el centro se ven las manos de dos personas, una con un pequeño muñeco de plástico y otra sujetando la figura de un rectángulo.
(Cartel con los logos de Cultura y Fonca, en el centro se ven las manos de dos personas, una con un pequeño muñeco de plástico y otra sujetando la figura de un rectángulo.)

En las piezas audiovisuales se habla de la discapacidad como territorio complejo. Esto nos hace reflexionar en los obstáculos o barreras de actitud o físicas que se encuentran en el camino.  En la propuesta del Laboratorio de lo Invisible se valora y fomenta la autonomía de las personas con discapacidad, el trabajo es en conjunto, es un acompañamiento mutuo para hacer valer los derechos humanos y la dignidad de las personas, de las familias y de las comunidades. En otras palabras, lo importante es la coincidencia del trabajo local en términos de igualdad, basado en el respeto a las diferencias y no en cuestiones de caridad.

El Laboratorio de lo Invisible ha trabajado con la participación de personas con ceguera y baja visión desde el 2011, en el marco del colectivo Cine para Imaginar. Este laboratorio ha contado con apoyos culturales que hacen posible su acercamiento a distintas comunidades vulneradas por un sistema extractivista, en donde la oferta cultural se encuentra relegada.  Se tiene que realizar mucho trabajo de fondo para generar acciones que cambien la manera en cómo la gente local se relaciona con las personas con discapacidad a través de actividades concretas que promueven cambios de actitud y del entorno.

Sin lugar a duda, para el Laboratorio de lo Invisible es necesario crear un ambiente de trabajo sencillo, cálido y con profunda sensibilidad hacia el ser humano en el trato, en el compartir, en el recibimiento y acompañamiento en las pequeñas y grandes situaciones que presenta la vida del día a día. También ha sido importante, de forma permanente, casi que imprescindible, relacionar los contextos y territorios por los que se transita, es decir, hacer presente la realidad estructural que enmarca o desborda los procesos de creación audiovisual a nivel nacional y su vínculo con lo local.

El contexto amplio no siempre es la suma de las experiencias de singularidades locales, el contexto nacional no siempre tiene en cuenta en sus datos la información que generan las personas desde lo local, desde las características que contienen lo que resulta importante para las personas en su contexto, en sus propios términos. Es importante para el Laboratorio de lo Invisible, que estas historias en las que las personas con discapacidad enuncian su propia vida sean leídas como ejercicios de autonomía que se anteponen a los discursos hegemónicos que transitan nuestras vidas y que abonen a dejar de naturalizar los actos violentos que nos atraviesan.

Así, desde ese nosotros cercano, los talleristas agradecen a las personas que participan actualmente en el proyecto y a las que han dejado enseñanzas de cómo hacer habitable la vida festejando nuestras diferencias, sabernos en diversidad y en acompañamiento.

El Laboratorio de lo Invisible es una comunidad más que está siendo tocada para trascender en las mejores formas de cuidarnos en lo común, en representaciones artísticas cargadas de autonomía y dignidad.

Conoce más en la página web laboratoriodeloinvisible.com y en Facebook: www.facebook.com/laboratoriodeloinvisible

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