“La vida es una composición musical, somos músicos de una orquesta”: Evelyn Glennie, percusionista sorda

Como parte de las actividades del Seminario “De la inclusión a la interpelación: escena, discapacidad y política”, que realizan en conjunto 17, Instituto de Estudios Críticos, el British Council y la cátedra Ingmar Bergman de la UNAM, el 13 de enero de 2021 el Dr. Benjamín Mayer entrevistó a Evelyn Glennie, la principal percusionista solista del mundo. Tiene más de 40 discos, ha recibido más de 100 premios internacionales, ganadora dos veces del  Grammy. Ha sido honrada con la Orden del Imperio Británico. Tiene una vasta colección de instrumentos de percusión conocida como la Evelyn Glennie Collection.

Esta gran música es sorda desde los 8 años y lo que ha aprendido a lo largo de la vida es que el mundo es una orquesta, que hay orquestas por todas partes y todos somos músicos, cada uno responsable de un instrumento. La virtud de la paciencia y la acción de “escuchar” son los instrumentos básicos que le han permitido aprender, crear, recrear, imaginar, expresar y comunicarse con un idioma universal, así como tener una visión muy interesante sobre la inclusión.

Video de la entrevista, con audio en español e intérprete de Lengua de Señas.

Pandemia, nueva rutina para escucharse uno mismo

Evelyn, de tez blanca y cabello largo cano (se expresa oralmente pues aprendió el inglés como los demás hasta que dejó de oír), comparte en la entrevista que la pandemia la llevó al “paisaje de la rutina”, un espacio al que ella no estaba acostumbrada, pues debido a su carrera, su vida consistía en estar viajando todo el tiempo, con una agenda llena de presentaciones, de colaboraciones con otros músicos. De pronto se encontró levantándose todos los días a la misma hora, trabajando en su oficina durante el día, durmiendo a la misma hora. Entonces ella entendió la situación creada por el coronavirus como “un Tsunami de oscuridad que venía a invadir el mundo ante lo cual había que escucharse a sí mismo.”

Ante el confinamiento, se cuestionó sobre en qué podía enfocarse. “Lo que decidí fue concentrarme en un instrumento cada mes, de marzo a abril fue el Bodhran irlandés, en el siguiente mes, el Kanjira indio”. Evelyn se dedicó a estudiar cada uno en profundidad, a buscar nuevas técnicas y a experimentar. “Eso me permitió ejercitar distintos músculos y seguir creciendo”, comparte en la entrevista.

La nueva rutina la fue llevando a plantearse otras preguntas, es decir, a seguir escuchándose. Después de un tiempo y ante la prolongada cuarentena, se cuestionó qué más podía hacer además de dedicarse a tocar sus instrumentos.

Incluir es escuchar, escuchar es incluir

Benjamín Mayer le preguntó sobre lo que para ella significa la “inclusión” y su opinión sobre la idea tan extendida de que incluir es como “meter” a las personas en una caja según una etiqueta, encasillar.

Evelyn comentó: “He aprendido que la inclusión es muy importante y no debemos asumir que varias personas con la misma etiqueta van a tener la misma experiencia”. Propone cambiar la idea de encasillar a las personas o buscar adonde pertenecer por la de “tener libertar para elegir y decidir adonde quieres estar.  Que puedas decir aquí es donde quisiera causar un impacto, todos podemos hacerlo.”

La percusionista compartió cómo fue su experiencia de estudiante de educación básica en una escuela comunitaria en Escocia. “Era escuela y espacio comunitario, es decir que se permitía que todos los habitantes usaran el edificio para realizar distintas actividades”. Los maestros alentaban la idea de vida en comunidad, desde esa visión, cada niño no era sólo un alumno, sino una persona que tenía una historia que contar, una historia que los educadores y la comunidad querían escuchar. “Cuando escuchamos, queremos leer a la persona, queremos verla. La vida es como una composición musical y en ella avanzamos como una pieza musical.”

En la escuela comunitaria había adecuaciones para niños con dificultades sensoriales, maestros especializados que conocían distintos tipos de discapacidad, “pero todos se mezclaban, todo se revolvía, porque eso es lo que hacen los niños, hay una evolución natural en el salón de clases, el patio de la escuela es un gran momento de la vida para digerir qué significa ser sordo, o que significa estar en una silla de ruedas, las personas que trabajaban en la escuela alimentaba ese ethos, la escuela construía puentes, no muros.”

“Escuchar la historia de las personas es comparable a escuchar una pieza musical. Todo necesita tiempo, las cosas necesitan tiempo… Todos lo necesitamos para digerir la nota musical, el tiempo es el mejor activo que tenemos para trabajar”.

Pero además de ese ambiente escolar, Glennie reconoce que hubo un maestro de música, un percusionista que se preguntó ¿qué puedo hacer con esta niña con problemas auditivos? y él tuvo que cambiar su forma de pensar en cuanto a que la música sólo entra por los oídos.

“Me dijo, este tambor resuena, puedes sentir físicamente ese sonido. Ese fue el momento en el que empecé a poner las palmas de las manos en los muros del salón. El peso del cuerpo en una superficie puede hacer un sonido también. Debes escuchar el viaje de la resonancia, luego puedes decidir cómo crear el sonido. Todo tu cuerpo es una caja de resonancia.”

Entonces, le pregunto el Dr. Mayer, ¿escuchar e incluir pueden ser sinónimos? “Sí, escuchar es el pegamento que une”.

Pero el concepto de escuchar adquiere otra dimensión en la vivencia de Glennie: “Escuchar es entender la atmósfera. No tiene que ver con cómo sentimos los sonidos, sino que debes involucrarte, es tener una presencia, es aceptar lo que está ahí y pensar cómo puedes vincularte a eso. Es como en la música, ves una partitura y ves cómo te puedes vincular; puedes destacar lo difícil, identificar las partes que son más complicada, pero si te acercas a ver de qué se trata toda la atmósfera entonces te involucras con la idea de cómo hacer funcionar esa partitura y ahí te surgen nuevas cosas, afloran las posibilidades, aflora la imaginación.”

Curiosidad de niña

“Cuando me acercan un instrumento siempre me acerco como una niña, me imagino siempre que es la primera vez, con curiosidad, siempre con ganas de sorprenderme, porque con la imaginación no hay límites. Como música puedo aprender lo básico de un instrumento… también puedo pensar en experimentar, por ejemplo, con un cajón o una conga, algunos te dirán que no puedes hacerlo, pero ¿por qué no? si no hay nada escrito. Exploras las posibilidades y la creación de otras posibilidades”.

Así ha sido el proceso de aprendizaje para Evelyn y la manera en que ha superado retos o más bien, ha puesto en jaque el mundo de los sonidos. Confirma que el proceso de enseñanza -aprendizaje es de ida y vuelta, es un toma y daca constante, un proceso de escucha continua, donde el que aprende también es una persona que toma acción, no está pasivamente esperando el conocimiento.

“Se trata de explorar lo desconocido, saber que algunas cosas funcionan y otras no. Ser un artista creativo nos da esa oportunidad de pensar más allá de los límites que conocemos.” La percusionista comparte cómo ha tenido que salirse de lo que le puede resultar familiar, ha tenido que enfrentarse a diversas situaciones como solista en su relación con orquestas, auditorios y públicos distintos: “no siempre conozco la lengua del lugar a donde voy”, en esos casos, la clave ha sido la paciencia y mantener la mente abierta.

Cuestionando junto con Benjamín Mayer la idea de inclusión según la cual se busca llevar a las personas con discapacidad hacia una “normalidad”, Evelyn opina:  

“A veces me siento frustrada con esa interpretación. Un ejemplo es cuando me llegan correos de personas que quieren probar un nuevo aparato que sirve para que los sordos escuchen la música, parece algo muy positivo, pero es como asumir que todas las personas sordas quieren experimentar la música y no es así.” Evelyn se plantea también otra pregunta ¿dónde se puede ubicar a la tecnología y a la medicina con relación a la discapacidad?” Reconoce que hay adelantos tecnológicos que han sido de gran beneficio, como las prótesis, por ejemplo, para quienes pierden una pierna o un brazo.  También se observa esto con los implantes cocleares, pero considera que el problema es pensar que una misma solución puede funcionar para todas las personas. Comentó que hay una discusión entre los músicos sobre cómo proteger sus oídos para no quedarse sordos. El asunto, insiste la percusionista, es “escuchar y entender que lo que puede funcionar para una persona, puede no funcionar para otra” y que no podemos aglutinar a todos los sordos o a todos los ciegos poner a cada uno en una casilla.

La percusionista insiste en la importancia de mirar siempre con la mirada sin prejuicios de los niños: “Cuando nace un bebé y te das cuenta de que el niño enfrenta un reto ¿dónde está ese reto, en realidad? El reto está en tu cabeza porque ese bebé no lo sabe, sin embargo, el amor que tienen los padres por ese niño va más allá, lo van a cuidar, lo van a querer, eso va más allá de cualquier cosa… Son las fuerzas externas las que pueden alterar lo que sucede internamente.”

Las escuelas deben contribuir a expandir mundos

Para ser admitida en la Real Academia de Música en Reino Unido, Evelyn puso en jaque al mismo jurado de admisión. Era una joven que a los 15 años ya había decidido que quería ser una percusionista solista. En la academia, nadie podía concebir eso. Pensaban que no valía la pena aceptarla porque sería imposible que una orquesta pudiera admitir a una percusionista sorda. “Pero, desde mi perspectiva no había ningún problema, los problemas eran externos. Una escuela con cien años de experiencia encaminando personas hacia las orquestas no sabía cómo iba a hacerlo conmigo. Para mí era un problema clásico de falta de escucha.”

En la primera audición la rechazaron porque consideraron que era imposible admitirla siendo sorda. Al respecto, comenta, “alguien en el panel dijo: cuidado, si van a descartar a quienes se aparten del estándar, si van a elegir bajo ese criterio va a ser muy peligroso. Me dieron una segunda audiencia y ese fue el comienzo para que la Academia se diera cuenta de que podía haber un cambio.” A fin de cuentas, el jurado aplicó el mismo criterio de admisión que aplicaba para los demás: “vamos a ver si esta chica es suficientemente buena para hacer música o no y en función de eso seguimos adelante”, lo de tener la característica de ser sorda quedó fuera de la evaluación.

Cambiar el orden de la orquesta, un reto para los otros

Glennie reconoce que ha enfrentado más retos como percusionista que como mujer sorda: “Te contratan para ejecutar una obra por un tiempo determinado y el tiempo es dinero, entonces te han contratado como música, no como música sorda, no como música con pelo cano, sino para interpretar una pieza y eso haces. Para mí es muy claro, muy sencillo, me enfoco en ese objetivo y lo hago lo mejor posible”.

La percusionista compartió una experiencia como solista al trabajar con los directores de orquestas. En una ocasión uno de ellos le pidió que se pasara a la parte de atrás de la orquesta, donde suelen ir las percusiones, en lugar de colocarse al frente. Ella le contestó que lo haría con mucho gusto, siempre y cuando él pasara el piano a la parte de atrás cuando tuviera un concierto para piano. “Fue difícil romper ese esquema al que están acostumbrados los directores de tener siempre las cuerdas al frente y las percusiones atrás. Tenerlas adelante implica un reto auditivo, entendí que los directores necesitaban tiempo para sentir la percusión al frente de la orquesta.”

“Nada es fácil, esa es la naturaleza de la vida. Sin importar lo que hagas, siempre va a haber picos y valles, sin embargo, cuando nos concentramos en la paciencia, que es una forma de la escucha, cuando abrimos este paisaje y nos damos otra oportunidad podemos decir, lo intenté lo mejor que pude. De joven era bastante impaciente. Ahora me doy cuenta de que lo soy menos. Eso significa que puedo explorar mejor.”

Escuchar: así empieza y termina la vida

Dame Evelyn Glennie concluye la entrevista con estas reflexiones:

“Desde que comenzó la pandemia hemos escuchado más a la gente. Todo ha cambiado de manera muy extraña, la pandemia nos ha golpeado a todos, entonces hemos estado escuchando la historia de nuestro vecino, nuestra vecina, del tendero. En mi país, las personas mayores han sido clave para inspirar a los demás, es algo que no ha sucedido en otros lugares. Nos damos cuenta de que cada generación tiene que ser escuchada.”

“La vida empieza con escuchar y la vida termina con escuchar… Cuando alguien va a morir, el sentido del oído de esa persona se magnifica… Escuchar se trata de ponerle una lupa a las cosas, ver que hay una orquesta en el mundo, siempre, en todos lados, y nosotros podemos ser los músicos de esa vida… y cada músico es responsable de su instrumento.”

Conoce más sobre esta extraordinaria música: web: evelyn.co.uk

Youtube: https://www.youtube.com/user/DameEvelynGlennie

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