El sonido del metal: Aquí no se repara a nadie

El reto mayor de lograr una película en la que el protagonista es un baterista que se queda sordo es recrear lo más elemental, la experiencia de un oyente que deja de serlo de un momento a otro. Se suele decir popularmente que la discapacidad auditiva es invisible porque no se percibe a simple vista, por ello, usar el arte cinematográfico para mostrar eso que no se ve requería de ingenio, técnica, imaginación y una sensibilidad muy particular. Tres sonidistas mexicanos, la ingeniera Michelle Couttolenc, los ingenieros Jaime Baksht y Carlos Cortés, en colaboración con el francés Nicolas Becker, el diseñador de sonido del filme, supieron cómo hacerlo para la película El sonido del metal, además, con tal maestría que les ha valido ganar el premio Oscar a Mejor Sonido.

Sound of metal, el título original en inglés cuenta el drama de Rubén (Riz Ahmed) un baterista de rock (heavy-metal) que pierde el sentido del oído, lo más importante para realizar su trabajo y para vivir, pero la historia no cae el facilismo de un relato condescendiente, lastimero o falsamente conmovedor. Por el contrario, y afortunadamente, busca presentar a las personas sordas como lo que son: seres humanos con sueños, dilemas, conflictos, temores, anhelos, inquietudes como las de los oyentes y de cualquiera. Al mismo tiempo refleja el papel de la sociedad y la reacción de los demás frente a la discapacidad auditiva adquirida. El impulso del propio Ruben por “reparar” el oído que ha dejado de escuchar lo lleva a buscar atajos que no siempre lo llevarán hacia donde piensa que estaría la salida.

Trailer de Sound of Metal con subtítulos.

En distintos momentos, el director y co-escritor de la película, Darius Marder, deja en claro que el problema en torno a la discapacidad auditiva no está en los oídos ni en las orejas, sino en todo lo demás. Aborda el tema del implante coclear y lo pone en cuestión abiertamente (quizás lo hace desde el mismo título del filme): ¿Es el implante la respuesta a la búsqueda de Ruben? ¿cumple con lo que promete, repara un oído averiado? ¿es para todos? ¿hay que conseguirlo cueste lo que cueste? ¿realmente vuelves a escuchar como antes? El protagonista llegará a su propia conclusión. Por lo pronto, la película desliza una provocación: el mundo del sonido está sobrevalorado… tal vez lo mismo que el implante coclear.

La chica guapa en esta historia, Lou (Olivia Cooke), tampoco tiene respuestas, pero pide ayuda para su pareja y así llega a una comunidad de personas sordas donde se desarrolla un programa de rehabilitación que pareciera el indicado para Ruben, sin embargo, será él quien decida. Lo que se le ofrece en ese centro de rehabilitación está a la vista, entienda o no, es lo que hay: “Aquí no se repara nada”, dice el responsable del lugar, Joe (Paul Rici), mientras acompaña sus palabras con la Lengua de Señas Americana (ASL, por sus siglas en inglés). Pero la voluntad del baterista por reparar es como una inercia que ni él mismo sabe de dónde viene, después de todo es lo que parece obvio.

Póster de la película “El sonido del metal”. Sobre un fondo oscuro destacan el rostro y un brazo de un hombre delgado de cabello corto que tiene enfrente la batería que está tocando con fuerza.

Aquí no se repara a nadie… porque no hay nada qué reparar, insiste Paul Rici, quien fue nominado al Oscar como mejor actor de reparto. Al tiempo que da vida a Joe, Rici también lleva a la gran pantalla la Lengua de Señas que él conoce desde siempre como hijo oyente de padres sordos en la vida real, y que es parte fundamental de la cultura de las personas sordas como seres completos.

Si Sound of metal logra escapar al bache del facilismo inspiracional y presentar un drama humano con sus distintas caras y posibilidades se debe a que su Director, Darius Madras y todo el equipo, se hicieron acompañar y asesorar por líderes y organizaciones de personas sordas, como Jeremy Lee Stone, fundador de la empresa ASL Elements, lo cual se nota en la pantalla. Hay actores sordos, no solo personas que actúan con esa identidad, una demanda del colectivo de personas con discapacidad por la representación en el cine y en otras artes que logra una digna respuesta en esta película.

Aunque El sonido del metal contaba con varias nominaciones al Oscar, incluidas la de mejor actor para Riz Ahmed y mejor película, es indiscutible el merecido Oscar para Becker y los mexicanos encargados de recrear la atmósfera del silencio, del sonido, de las vibraciones, para meternos como espectadores en la cabeza de Ruben. Bravísimos todos los involucrados en esta maravillosa película.

Se puede ver por el servicio de Amazon Prime con subtítulos y audiodescripción.

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