La importancia de una silla de ruedas adecuada a la persona usuaria

Por: Javier Terrones Rivera

Desde hace 31 años muchos especialistas en rehabilitacion me han prescrito una Silla de Ruedas Activa con Chasis Rígido de estructura de fibra de carbón o aluminio aeronáutico, con cuernos de empuje, aro con proyecciones; frenos de tijera, montaje bajo, y con un cojín antiescaras.

Y me la prescriben y me la recomiendan para que yo pueda moverme por mi mismo y yo pueda ejercitar más los brazos y logre recuperar más movimiento en las manos y los brazos.

Pero es una lástima que en pleno siglo veintiuno muchos que trabajan en el área de la discapacidad todavía no se den cuenta de lo importante que es dar un silla de ruedas de calidad y adecuada al usuario pues cada discapacidad y lesión es única y irrepetible y el tipo de silla que nos otorguen nos hará más independientes o dependientes.

Y hasta la fecha a muchos les cuesta trabajo entender que existe una diferencia abismal entre una silla de traslado y una silla activa, y que tener esa silla no es un capricho sino una gran necesidad.

Usar una silla de ruedas debe tener como primer objetivo permitir al usuario la máxima movilidad, funcionalidad, y comodidad. Para cumplir con este primer objetivo, la silla debe ser diseñada para ajustarse a la persona y no es la persona la que debe ajustarse a la silla.

Ilustración de una silla de ruedas manual y los nombres de cada una de sus piezas. Tomada de la publicación «Pautas para el suministro de sillas de ruedas en entornos de menores recursos», de la Organización Mundial de la Salud, reproducida aquí con la autorización Licenced Materials (389248)

Si se escoge una silla de ruedas inapropiada o muy incómoda, puede tener una inclinación que hará que el usuario resbale hacia delante o se incline hacia un lado.

El resultado será que la energía del usuario se malgastará de manera innecesaria debido al esfuerzo continuado por modificar su postura.

Una silla de ruedas inapropiada puede incluso provocar una discapacidad extra, y a menudo los factores que más afectan a la maniobrabilidad de una silla son su peso y el material con el que esté hecha su estructura.

Sin embargo, hay factores más importantes como el asiento y la postura que obliga, la distancia entre ejes de las ruedas, la posición y el tamaño de las ruedas, incluso la forma en que la silla ha sido ajustada o montada, factores que pueden influir decisivamente en la funcionalidad y movilidad del usuario.

Cuanto mayor sea el rozamiento, la resistencia a rodar de la silla será superior, y por lo tanto el usuario requerirá mayor energía para su propulsión.

Y cada usuario debido a sus circunstancias personales tiene una capacidad de propulsión distinta y a veces limitada, según el grado de movilidad que tenga el usuario en la columna. Hombro, codo, muñeca y dedos, delimitará la posibilidad de realizar todo el recorrido de propulsión óptimo, y en caso de tener una buena movilidad en estas articulaciones, el recorrido será más eficaz.

Para poder propulsarse correctamente y aprovechar toda la energía cinética, el usuario debe estar correctamente sentado (erguido) en una posición simétrica.

Solo así podrá llegar adecuadamente a los aros de empuje y realizar el movimiento completo del brazo, para iniciar la propulsión de la rueda desde atrás, aplicando fuerza en todo el recorrido.

Si el usuario se desliza en el asiento, los aros quedarán demasiado altos y le resultará muy incómodo iniciar la propulsión desde atrás, por lo que tenderá a iniciarla adelantado en el recorrido.

De esta forma la propulsión será más corta y menos eficiente. Una silla de ruedas únicamente resulta útil para su usuario si le proporciona comodidad y una base de asiento estable.

Para poder ajustar correctamente una silla de ruedas a las necesidades de su usuario, es importante conocer la extensa gama de posibilidades que existen en los distintos componentes de una silla de ruedas.

Ilustración de tres tipos de asiento para una silla de ruedas manual, asiento de tela o colgado, asiento sólido y otro con cojín desprendible. Tomada de la publicación «Pautas para el suministro de sillas de ruedas en entornos de menores recursos», de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reproducida aquí con la autorización Licenced Materials (389248)

De esta forma podremos elegir en cada componente, el que mejor se adapte al usuario y así potenciar al máximo su funcionalidad.

El armazón de una silla de ruedas puede ser rígido (fijo), o plegable.

El aprovechamiento de la energía que el usuario aplica para propulsarse es del doble en una silla con armazón rígido (se aprovecha 15-20% del impulso), que en una plegable

(aprovecha 5 – 8% del impulso). Esto es debido a que en una silla plegable parte de la energía de propulsión se pierde en el movimiento de su estructura por los puntos de articulación.

Otras ventajas que presenta el armazón rígido es que resulta fácil de manejar y es algo más ligero que uno similar plegable.

Sin embargo la silla plegable resulta en general más cómoda de transportar y guardar al ocupar menos espacio plegado, mas cuando uno no tiene coche y uno se traslada en trasporte público, combi, camión, etc.

La composición del armazón es un factor clave en la funcionalidad de la silla.

El acero siendo el más habitual, es el más pesado pero también el más barato.

Una silla con armazón de aluminio es mucho más ligera y por lo tanto fácil de propulsar, pero también es más cara.

También se pueden encontrar armazones realizados en materiales muy ligeros como aluminio aeronáutico, titanio y carbono.

Se utilizan habitualmente en sillas de armazón rígido y tienen un precio muy elevado.

Aro de propulsión, tetra o con proyecciones. Pueden ser de aluminio, acero (que es más pesado pero resbala menos), titanio (muy ligeros), o recubiertos de plástico.

Además del material, existen aros con proyecciones para facilitar el agarre por parte de personas con poca movilidad en las manos.

La independencia en una silla de ruedas puede facilitarse o empeorarse como resultado de una toma de medidas correcta o no.

La silla es una extensión de la persona y cada persona tiene unas necesidades que deben ser tomadas en consideración.

Y un hombre o una mujer con una limitación física en las cuatro extremidades requiere un mayor esfuerzo para seguir adelante; por ello, la mejor ayuda que se le puede dar a quien necesita ayuda es apoyarlo para que ya no necesite ayuda. >>

Ilustración de un hombre y una mujer en silla de ruedas, están frente a frente, ella está a punto de descender tres escalones con su silla. Tomada de la publicación «Pautas para el suministro de sillas de ruedas en entornos de menores recursos», de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reproducida aquí con la autorización Licenced Materials (389248)

Un pensamiento

  1. Muy buenas reflexiones, para todo el personal involucrado en la atención de las personas con discapacidad y que requieren el apoyo de una silla de ruedas. Gracias¡

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