Se desentiende el Metro de lesiones de un usuario ciego que cayó a las vías

  • “No aplica” el seguro del usuario para hombre ciego que cayó a las vías del Metro, le dijeron.
  • Sin acceso a un hospital público, Eulogio, comerciante ciego, tiene ahora una deuda por la cirugía de su brazo izquierdo fracturado tras el incidente.
  • -Las barreras que obstruyen las medidas de accesibilidad en el andén, así como la exclusión de los primeros vagones provocan accidentes de personas ciegas en el Metro CDMX.

“No sé cuantos minutos pasaron, pero para mí fue algo eterno”. Paralizado por el miedo y el dolor de un brazo roto, Eulogio, un hombre ciego, de 52 años, esperó en las vías del Metro a que bajaran a rescatarlo después de que se cayó del andén, desorientado por las barreras que se colocan para restringir el acceso a los dos primeros vagones reservados a mujeres y niños. Los policías fueron alertados por la gente que gritó al verlo caer.

El accidente ocurrió el 2 de junio pasado en la estación Zaragoza del Sistema de Transporte Colectivo Metro, no hubo reporte en los medios de comunicación, como no lo hay cuando una persona ciega cae a las vías, pero entre los usuarios con discapacidad visual se corre la voz cuando ocurre este tipo de incidentes. “Sabemos de compañeros que han perdido la vida en el Metro”, comenta Pedro Rojas, comerciante y activista por los derechos de las personas con discapacidad visual. Es más fácil enterarse de que la policía rescata a un perrito que cayó a las vías, que a una persona ciega.

A Eulogio no le extraña que no se haya conocido públicamente lo que le sucedió, pues el personal de la estación que lo atendió tras el accidente consideró que el golpe en su brazo no era nada grave y lo mandaron a atenderse con “su médico”. Pero él es comerciante, trabaja por su cuenta y no tiene seguro social. Eulogio relata:

“Después de que bajaron por mí, me llevaron al cubículo. No supe si fue una enfermera o quien me atendió, pero me dijo ‘nada más tienes una pequeña luxación’. Le dije que no era un simple golpe porque me dolía y había perdido la fuerza en el brazo. Pero la persona insistió, ‘te vamos a vendar y te vas a tu médico´. Yo no tengo ningún médico porque no tengo seguro. Y pregunté, ¿el Metro no responde por esto? Me contestó, ‘No, porque fue un descuido tuyo y el metro no lo cubre’. Entonces pregunté si iban a llamar a una unidad para que me llevara al hospital. Que no, que tampoco, ‘no lo amerita, porque puedes caminar’, me dijeron.”

Usuarios del metro ciegos caminando con bastón blanco y en fila tomados del hombro. Foto: archivo Dis-capacidad.com

La supuesta luxación resultó ser en realidad una fractura y fue necesaria una cirugía para la colocación de una placa. Cirugía por la cual Eulogio y su familia tuvieron que pagar 40 mil pesos, ante la falta de atención en los hospitales públicos, visitaron tres de éstos tras el accidente y en todos le dijeron que tendría que esperar de dos a tres meses para recibir atención y la posibilidad de una cirugía. Con el dolor del brazo y el torax, Eulogio no podía esperar tanto.

A decir de la empleada del Metro que lo atendió, la caída fue un descuido de él mismo. Así que todo el asunto terminaba siendo responsabilidad del usuario. Sin embargo, Eulogio tiene claro que la causa debe buscarse en una falla de accesibilidad del Metro donde se han colocado barreras permanentes sobre la guía podotáctil que sirve a los usuarios ciegos para orientarse y caminar con seguridad en los andenes.

Brazo con marcas de cirugía. Foto: Cortesía Pedro Rojas.

También es problema del STC Metro al no considerar ajustes razonables en el programa de protección a las mujeres contra la violencia de género en el transporte público, denominado: Programa Ciudad Segura y Amigable para Mujeres y Niñas.

Desde que se implementó la exclusividad en el uso de los dos primeros vagones para las mujeres, los hombres ciegos, así como las mujeres con discapacidad visual que viajan con sus compañeros, tiene que abordar el tren desde el tercero o cuarto vagón, aumenta para ellos el riesgo de sufrir un accidente al quedar fuera de la visión del conductor del tren.

Eulogio lo explica al compartir su testimonio con nosotros:

“Hay una barrera para separar el acceso a los dos primeros vagones del tren, pero esa barrera, (que pueden ser de metal o unas mamparas color naranja también llamadas “mariposas”) reduce el espacio del andén y nos desorienta. En la estación Zaragoza esa barrera abarca del segundo al tercer vagón, entonces tengo que pegarme a la izquierda para ir al cuarto vagón, pero perdí la orientación y fue donde me caí. Yo iba caminando hacia el andén, después de pasar los torniquetes, voy derecho siguiendo la guía para el bastón blanco, pero la barrera que colocan en el andén me impide el paso.”

Esta demanda de las personas ciegas para acceder a los primeros vagones del tren no es nueva. Desde el año pasado, cuando el colectivo por los derechos de las personas con discapacidad visual demandaron la liberación de las guías podotáctiles en las estaciones del Metro que estaban siendo ocupadas por mujeres dedicadas al comercio ambulante, también incluyeron en su petición que se diera garantías a su traslado en este medio de transporte en condiciones de accesibilidad y seguridad. El tema quedó pendiente de resolución en la mesa de diálogo con las autoridades del STC.

En la imagen se observa la mampara naranja o mariposa en el andén separando el área exclusiva para mujeres. En primer plano está Marcos, usuario ciego, al borde del andén, mostrándole a un funcionario del Metro la barrera que pone en riesgo a usuarios como él. Foto: archivo Dis-capacidad.com

Tampoco es el único reclamo que se ha hecho por la falta de ajustes razonables en la política de brindar seguridad a mujeres y niñas contra la violencia de género en el metro:

En 2019, Martha García, usuaria de silla de ruedas, con la Fundación para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (FINDEDIS) presentó una queja ante el Consejo para Prevenir la Discriminación en la CDMX porque no se le permitió abordar el Metrobús en el espacio para mujeres porque iba acompañada de su esposo, quien la apoya para su movilidad segura. Y recientemente, en enero de este año, una usuaria del Metro logró obtener una resolución favorable del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito para que las mujeres con algún tipo de discapacidad sí puedan viajar acompañadas por un varón, en los espacios exclusivos para mujeres.

Es decir, al Programa Ciudad Segura y Amigable para Mujeres y Niñas le está faltando perspectiva de discapacidad y accesibilidad.

¿Cirugía urgente? Espere dos o tres meses

Tras la caída, a Eulogio le auxiliaron para llamar a uno de sus hijos, quien llegó a apoyarlo. De Zaragoza se fueron en el Metro al hospital Balbuena, a cuatro estaciones de ahí, —el personal de la estación no quiso apoyarlo en el traslado— a pedir atención en el área de emergencias. Después de esperar un buen rato, el doctor que lo atendió le confirmó lo que ya sospechaba:

“Me dijo, sí requieres de una operación porque se te fracturó el brazo, pero lamentablemente no contamos con espacio, no hay camas, no hay material, así que por muy rápido, en dos meses te operamos y eso si te va bien.” Eulogio esperaba que al menos le recetaran algún analgésico porque el dolor era insoportable, pero no le dieron nada. Sólo cuando su hijo preguntó, el médico le dio el nombre de un medicamento y le dijo que se podía comprar sin receta. Así que no tuvo un comprobante de que asistió al hospital. 

Siguió la búsqueda de atención médica. En el hospital Magdalena de las Salinas le dijeron que al no estar asegurado, debía pagar 8 mil pesos sólo para ingresar, más los gastos que se fueran generando. Dieron media vuelta. En el hospital de La Villa, le respondieron lo mismo que en Balbuena, que tal vez en uno o dos meses lo operaban.

Se regresó a su casa a Chimalhuacán, Estado de México. Sus hijos se pusieron a buscar opciones, lo único que quedaba era ir a una clínica particular, así que pidieron prestado con amigos, con familiares, también pidieron un préstamo por el que ahora van a tener que pagar intereses, pero Eulogio ya no podía esperar más, el dolor aumentaba.

Después de dos días de estar buscando atención médica, el sábado 4 de junio lo operaron en Naucalpan en una clínica particular, le cobraron 40 mil pesos, a lo cual hay que sumar las terapias de rehabilitación y los medicamentos. Le colocaron una placa. Apenas el sábado pasado le retiraron los puntos, tras 15 días de reposo, sin trabajar. Ahora, con el reto de la rehabilitación y los gastos adicionales que se generen, busca una respuesta del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

“No aplica” seguro de usuario ni asistencia médica

“Tengo entendido que hay un seguro de usuario, aquí el metro tiene que dar esa atención, eso esperaría, que se me diera ese apoyo del seguro, o por lo menos que paguen la mitad de los gastos, aunque su deber tendría que ser pagar todo. Tendrían que hacerse responsables desde que ocurrieron los hechos.”

Sin embargo, él no recibió ninguna información u orientación sobre cómo reclamar el seguro de usuario. La ley indica que “usuario es toda persona que se encuentre dentro de las instalaciones del STC, andenes, pasillos, elevadores”, y ante un incidente tiene derecho a la asistencia médica necesaria para el restablecimiento de las lesiones, pérdida de miembros, incapacidad parcial, total o temporal, también por daño moral, gastos funerarios e indemnización por muerte. También está establecido que la cobertura por gastos médicos es de 307 mil pesos. Aunque ya pasaron más de 15 días desde el accidente, plazo que se señala para la reclamación, el evidente daño físico que sufrió el usuario en este caso sería suficiente para que las autoridades atiendan su petición.

Eulogio también busca que su experiencia, y que vivió para contarla, sirva para que se atienda la demanda del colectivo de personas con discapacidad visual como usuarios del Metro con los mismos derechos que los demás: “Como todos, queremos que se quiten los obstáculos la línea guía, y que se nos deje abordar el primer vagón”.

Barreras que anulan la accesibilidad

Ante de que existiera la exclusividad para mujeres, los usuarios ciegos accedían a los primeros vagones, lo que reducía el riesgo de tener accidentes al abordar el tren.

Alejandro García, también ciego y activista por los derechos de las personas con discapacidad, considera que “es por imagen, que no se informa a la sociedad sobre los incidentes con personas ciegas en el Metro, quieren dar la imagen de que el Metro es seguro, entonces esconden esos incidentes”.

Alejandro ya pasó también por la experiencia de caer, aunque no a las vías sino en la unión entre dos vagones: “Yo me caí de espaldas en la unión entre dos vagones en la estación Etiopía, no pasó a mayores, un muchacho se dio cuenta y me ayudó. Gracias a Dios no me pasó nada. Me dieron la atención.” A veces se ganan un regaño por caerse, por parte de los policías.

Se vulneran derechos de usuarios con discapacidad

Pedro Rojas señala que la exclusión de los primeros vagones “es una desventaja que tenemos ante cualquier usuario y es una violación a nuestros derechos, como seres humanos y como personas con discapacidad, porque nos están prohibiendo usar una medida de accesibilidad. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad marca que tiene que haber ajustes razonables para que podamos acceder a espacios y servicios. Lo que hoy queremos es que se nos permita regresar al primer vagón. Nuestro problema no es resolver cómo se va a solucionar esa situación desde el programa de los vagones exclusivos para mujeres, ese es problema del Metro, nosotros solo pedimos el regreso a la posibilidad de usar el primer vagón.”

Y también, en respaldo al señor Eulogio, están exigiendo que el STC Metro haga efectivo el seguro de usuario para responder por la afectación a su salud:

“Estamos exigiendo que el Metro se haga responsable del daño físico que tuvo el compañero en la estación. Que además él dejó de trabajar, tiene una familia que sostener, además que ahora tiene que estar alguien a su cuidado. Todo esto para que solo le digan que se vaya a su casa y busque atención médica por su cuenta. No es justo.”

Y agrega, aunque la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, asegure que esta es una “Ciudad de Derechos” y se muestre en video subiéndose al Metro, se siguen vulnerando los derechos de las personas con discapacidad, en particular uno básico, el derecho a la accesibilidad en el transporte público.

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