50 años del deporte paralímpico en México; COPAME reconoce a pioneros, a la máxima medallista y al embajador del juego limpio

  • Los atletas sobrevivientes de aquellas glorias estuvieron presentes y recibieron reconocimientos, en otros casos, fueron sus hijos quienes los representaron.
  • Se reconoció el impulso de la UNAM al deporte adaptado.
  • El atleta Saúl Mendoza fue reconocido con el galardón “Pañuelo Blanco” por su compromiso con el juego limpio.
  • Conversamos con Juana Soto Santana, récord de 14 medallas en deporte paralímpico: “El deporte es una oportunidad y una herramienta de inclusión. Necesitamos tener una política pública deportiva a nivel nacional, con esa prioridad, para preparar a niños desde la escuela.”

La senda de México en el deporte paralímpico se inauguró hace 50 años en Heidelberg, Alemania, en 1972. La celebración de este aniversario ofreció el motivo al Comité Paralímpico Mexicano (COPAME) para reconocer a los atletas que fueron pioneros en esta historia que ha dado grandes satisfacciones personales y colectivas.

En la década de los 60, jóvenes con discapacidad encontraron en la disciplina deportiva un camino para construir su propia vida y para tener un lugar en la sociedad -en tiempos en que vivir en las sombras y marginados era la norma- sin imaginar, en aquellos años, que estaban pavimentando el camino para los atletas que vendrían después para hacer el deporte adaptado nacional uno de los más relevantes en el mundo.

Foto grupal de los pioneros del deporte paralímpico en México, entrenadores y funcionarios; en primera fila, seis personas en silla de ruedas. Foto: Cortesía COPAME.

Los pioneros del deporte paralímpico, entrenadores y atletas, fueron galardonados en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) el pasado 15 de diciembre; no fue casualidad que el COPAME buscara ese recinto, pues la Universidad Nacional Autónoma de México dio un destacado impulso a la formación de atletas con discapacidad física, quienes encontraron en la UNAM el lugar para desarrollar su preparación académica y profesional.

En representación de esta institución estuvo Alejandro Fernández Varela Jiménez, Director General del Deporte Universitario de la UNAM, quien aseguró que “el deporte adaptado en la UNAM tiene un papel preponderante y queremos seguirlo impulsando. En muchas de las justas deportivas hubo gente de la Universidad, por eso el deporte paralímpico contará siempre con la Universidad Nacional Autónoma de México”.

Los atletas sobrevivientes de aquellas glorias estuvieron presentes y recibieron reconocimientos, en otros casos, fueron sus hijos quienes los representaron, sea porque ya fallecieron o porque no les fue posible acudir. Liliana Suárez, presidenta del COPAME, celebró: “Hay un abismo de diferencia en cómo ustedes participaban y cómo participan hoy nuestros atletas, cómo ustedes lograron que se construyera un Centro Paralímpico, cómo cada generación deja un legado, en este evento queremos galardonar y reconocer el trabajo de cada una de las personas que pusieron su granito de arena”.

Maximiliano Vázquez, Virginia Gaspar, Sergio Zepeda Carbajal, Marcelino Guerra Mendoza, Uriel de Jesús Martínez Méndez, Concepción Salguero Flores, Eduardo Gonzalbo Albarrán, Eduardo Castillo Cadena, Gregoria Gutiérrez Juárez, Rubén Palacios, Oscar Reséndiz Carbajal, Esperanza Belmonte Maturana, Maria Eugenia Rivera Lara (en representación de atletas sordos), son algunos de quienes recibieron un reconocimiento.

Todos rindieron homenaje la labor del psicólogo Dr. Jorge Beltrán Romero, quien, junto con especialistas en rehabilitación, atendió a cientos de niños con discapacidad física que había dejado en el país la epidemia de poliomielitis de los años 50 y 60 y valoró el deporte más allá de lo médico – terapéutico, para impulsar a los jóvenes a desarrollar su máximo potencial.

Eduardo Castillo Cadena, en silla de ruedas, declaró: “yo participé en Waterpolo, lo que me dejó el deporte es la enseñanza de que nadie puede decir que una persona vale más que otra, me dejó una lección de humildad”.

Para esta conmemoración, COPAME reunió también a representantes de la nueva generación de atletas, algunos de los medallistas de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, la competencia más reciente: Mónica Rodríguez (ciega, oro en atletismo, 1500 metros, medalla 100 para México), Diego López Díaz (discapacidad motriz, oro en natación, 50 metros libres) y Ángel de Jesús Camacho (discapacidad física, bronce en natación, 50 metros dorso) el medallista más joven, 16 años.

Liliana Suárez entrega el galardón a Ángel de Jesús Camacho.

Dos reconocimientos especiales fueron reservados, uno para Juana Soto Santana, leyenda viva, máxima medallista paralímpica con 14 preseas, recibió el “Galardón Paralímpico”, y Saúl Mendoza Hernández recibió el “Pañuelo Blanco”, símbolo del fair play o juego limpio.  Mendoza declaró: “La buena suerte se va creando cada día con trabajo y esfuerzo, a través del esfuerzo podemos ser verdaderos héroes.  

Con Juana Soto conversamos en breve entrevista en la que pudimos conocer cómo nació el deporte para personas con discapacidad en México, las hazañas de los pioneros y también su visión sobre lo que hace falta para que crezca el deporte paralímpico en el país. Juanita tiene secuelas de polio, usa bastón canadiense, quienes la conocíamos en su paso como funcionaria pública en CONADIS y otras dependencias, no imaginábamos el alto podio que ocupa en la historia del deporte adaptado.

¿Cómo empezó esta historia?

Esta historia empezó en 1972, como deporte adaptado en México, fue una iniciación desde la escuela a donde íbamos para poder tener una rehabilitación integral como personas con discapacidad. El doctor Jorge Beltrán Romero y también ayudó mucho el doctor Rafael Ramos Méndez, quienes estaban en lo que ahora es el DIF y antes era el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, ahí empezó oficialmente el deporte para rehabilitar a tantos niños.

Nunca se imaginó el Dr. Jorge Beltrán Romero, que era el psicólogo, que el deporte iba a ser el repunte de todos nosotros, porque el deporte nos ayudó mucho, no únicamente nos ayudó a rehabilitarnos, sino también a una inclusión social, a tener objetivos en la vida, metas alcanzables que es el deporte de alto rendimiento.

El Instituto Nacional de Protección a la Infancia era el único que tenía muchos niños con discapacidad motriz, fue la escuela inicial para nosotros, todos teníamos discapacidad motriz, era la única escuela que había para poder tener una rehabilitación integral y educación.

Saúl Mendoza y Juana Soto en una foto de camaradas mostrando su premio. Foto: Cortesía de @COPAME

¿ Qué edad tenías cuando llegaste ahí?

Tenía 3 años, de ahí hasta que terminé la secundaria, ahí mismo se estudiaba kínder, primaria y secundaria, teníamos una escuela integral, las camionetas pasaban por nosotros a las 5 de la mañana, llegábamos, desayunábamos, cumplíamos nuestro estudio, después nuestra rehabilitación.

¿Con qué deporte comenzaste?

Yo fui corredora, soy la máxima medallista, tengo 14 medallas. Mi primera medalla fue en los juegos paralímpicos en 1980 que se llamaban juegos para olímpicos. Pero antes gané medallas en Río de Janeiro en unos Juegos Panamericanos en 1978.  

En atletismo corrí desde 100 metros hasta Maratón, soy la única medallista con medalla de oro. Corrí 100, 200, 400, 800, 1500 metros. En Holanda tuve cuatro medallas de oro, corrí 60 metros, que antes se corrían en rama femenil, dejé un récord para la historia. Después en 1981 fui a los Juegos Mundiales que se llamaron “Los juegos de la excelencia”, porque asistió lo mejor de lo mejor, en Roma, en 1981.

¿Cómo corrías?

Con la silla de ruedas, nosotros empezamos implementando adaptaciones a la silla de ruedas de hospital. Son grandes, pesadas, entonces con la misma inquietud desde la escuela comenzamos a modificar, a recortar. Cuando fuimos a Holanda vimos que había una modificación de los aros, que eran más chicos, el impulso, se empezó a hacer un deporte más de alto rendimiento, se le empezaba a ver como tal con los mejores de cada país.

Ya se veía la evolución de la tecnología en el deporte

En tecnología todavía no estamos a la par, en México ha tenido un retroceso en el tema de atletismo porque precisamente no tenemos el material adecuado para los deportistas de hoy, pero han salido adelante con otros deportes, que es natación o levantamiento de pesas.

¿El atletismo estaría un poco abandonado?

Está abandonado porque no tenemos quién haga las sillas, no tenemos sofisticación, todo se importa, se tiene que traer de Estados Unidos, una silla te cuesta como 3,500 dólares, es inalcanzable.

Yo todavía fui a Barcelona en 1992 y tuve la suerte de tener una silla de esas, ya después se la otorgué a una compañera del estado de Puebla que no tenía el recurso y sí tenía todas las aptitudes y yo ya estaba dejando el deporte.

Se cumplen 50 años de toda esa historia. Los atletas paralímpicos siempre son los que traen las medallas, más que los de juegos olímpicos, ¿qué se ha cosechado y qué estaría faltando?

Somo un país que estamos entre los 20 mejores del mundo y creo que ha sido una gran lucha para poder representar al país. Porque antes no teníamos incentivos, no teníamos becas, nada de esto, hasta de 2005 para acá que se hizo una modificación legal…

¿De 2005 apenas?

Apenas que se modificó y de ahí obtuvimos el reconocimiento por ley como deportistas de alto rendimiento, a pesar de que nosotros empezamos desde tiempo atrás. Yo siempre digo, un deportista de alto rendimiento tiene que dejar muchas cosas, no nada más los deportistas de verano. Nosotros hemos sacrificado mucho, la familia nos ha ayudado mucho, porque siempre la familia ha sido una base importante desde que iniciamos. Practicábamos diario, toda la semana, porque si quieres ser lo mejor de lo mejor… En ocasiones había que entrenar dos veces al día, por la mañana y por la noche. No teníamos entrenadores y aún nos hacen falta entrenadores capacitados.

Desafortunadamente la tecnología no nos ha ayudado mucho, se ha dejado de lado el atletismo y lo que está destacando es la natación y pesas.

¿Qué se necesita?  Necesitamos la promoción del deporte, tenemos muchos niños con facultades deportivas, necesitamos hacer difusión de todo el deporte, no nada más del deporte adaptado. Necesitamos tener una política pública deportiva nacional, con esa prioridad, para preparar a niños desde la escuela.

Como pasó contigo, desde niña

Sí, como pasó con nosotros, pero no tuvimos apoyo económico, ni tampoco el impulso. Las autoridades deportivas se están empezando a fijar en estos deportistas, están viendo que dan medallas y que con apoyo se pueden lograr más cosas. No puedes dejar que una población se quede atrás, estamos inmersos en esta sociedad y tenemos que estar también en esta inclusión como población activa, en igualdad de condiciones.

Video de COPAME en homenaje a la trayectoria de Juana Soto Santana.

Hay promesas que no se han cumplido en sexenios, de contar con mejores instalaciones deportivas

Cuando estuvimos trabajando en CONADIS, estuvimos obligando a quien llevaba el deporte de alto rendimiento a que tuvieran las adaptaciones y adecuaciones necesarias en las instalaciones, también los entrenadores, según la disciplina deportiva y el tipo de discapacidad, que no nada más es lo de silla de ruedas.

Están los chicos con autismo, que son deportistas muy capaces, acaban de regresar los chicos con Síndrome de Down con varias medallas, que a base del esfuerzo y del apoyo de la familia ahí están saliendo adelante.

Se necesita más apoyo de las instituciones.

¿Qué tenemos de instalaciones para deporte paralímpico?

A nivel nacional, un centro en Baja California, en Guadalajara, en Monterrey, uno en la Ciudad de México mal parchado, hay como seis en todo el país.

“El deporte es una oportunidad y una herramienta de inclusión”, nos dijo Juanita Soto Santana, una mujer pionera del movimiento nacional del deporte para personas con discapacidad. “Donde podamos trabajar, hay que seguir impulsando que las cosas se hagan”.

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