- Roberto Fernando Olvera Hernández, recién llegado a la subgerencia de Administración de Permisos Administrativos Temporales Revocables, de la Dirección de Finanzas del Metro, aceptó el reto de recorrer el Metro a ciegas.
- Pedro Rojas, Marcos Hernández y Rogelio Castillo, del Colectivo de Personas con Discapacidad que han exigido el respeto al derecho a la movilidad segura y la accesibilidad en el Metro, fueron los guías del funcionario en el ejercicio de sensibilización. (Video).
- Autoridades del Metro avanzan en el retiro de vendedoras ambulantes del interior de las estaciones; los pasillos que estaban llenos de mercancías colocadas sobre las guías podotáctiles que usan las personas con discapacidad visual.
- Las vendedoras se resisten al desalojo; mientras tanto, un juez ordena el restablecimiento inmediato de la accesibilidad y la movilidad para usuarios con discapacidad, en respuesta a un amparo presentado por el Colectivo, con apoyo del Instituto de Defensoría Pública.
Ciudad de México.- Después de meses de estar denunciando la invasión de las guías podotáctiles en los pasillos del Metro de la Ciudad de México por parte de vendedoras ambulantes, así como de varias reuniones con funcionarios del Sistema de Transporte Colectivo (STC), usuarios con discapacidad visual verificaron esta semana que ya pueden circular por la mayoría de las estaciones de manera segura.
Desde hace un par de semanas, las autoridades del Metro lanzaron la campaña “Yo respeto” y comenzaron a despejar las estaciones de comercio ambulante, pero las más concurridas y las de transbordo seguían invadidas. Hoy día, los integrantes del Colectivo de Personas con Discapacidad Visual usuarios del Metro, reconocen que las cosas comienzan a cambiar: “Ya nos sentimos más seguros, es una gran diferencia”, nos compartió Pedro Rojas, quien personalmente ha registrado que ya están liberadas las estaciones Centro Médico, Salto del Agua, Bellas Artes y Garibaldi, entre otras.

Seguramente hubo otros factores que influyeron en esta acción de las autoridades del Metro -quienes han informado públicamente sobre negociaciones que han tenido con los colectivos de mujeres que ejercen el comercio ambulante en las estaciones-, sin embargo, la incidencia del Colectivo de Personas con Discapacidad, a la cual hemos dado seguimiento en este espacio, también ha sido importante.
Hace unos días invitaron a un funcionario recién llegado a la subgerencia de Administración de Permisos Administrativos Temporales Revocables, de la Dirección de Finanzas del Metro, Roberto Fernando Olvera Hernández, a subirse al Metro con ellos, los usuarios ciegos, en igualdad de condiciones, es decir, sin ver, para guiarlo en un ejercicio de sensibilización sobre la importancia de la accesibilidad en el transporte público.
Olvera Hernandez aceptó y cumplió con el reto. Portando su respectivo cubrebocas, con los ojos cubiertos con un antifaz y el bastón blanco que usan las personas con discapacidad visual, recorrió parte de la estación Centro Médico empezando desde el acceso a la estación por los torniquetes, donde lo recibió Marcos Eduardo Hernández, masoterapeuta o masajista ciego, quien atiende el consultorio ubicado a la entrada de la estación.

Días antes, Marcos y Arely, también masajista, habían sido agredidos por los policías, quienes al impedir la entrada de las vendedoras ambulantes recientemente desalojadas, también bloquearon el acceso al consultorio. Así que Marcos aprovechó la visita para mostrarle a Roberto su recorrido diario y la importancia de que los policías los apoyen, conozcan las actividades que realizan o al menos que no les bloqueen los accesos.
Roberto Olvera conoció por primera vez en su vida una guía podotáctil, descubrió cómo abrirse paso de forma segura entre la gente, la técnica de las personas ciegas de avanzar en grupo, sentir los obstáculos, los riesgos al subir y bajar escaleras, entrar al tren, descender . Durante el ejercicio tuvimos oportunidad de preguntarle cómo vivió la experiencia, qué pensó, qué sintió al recorrer el Metro a ciegas. Esto nos compartió:
“No había pensado en esta necesidad de los compañeros (sobre el uso de las guías podotáctiles). Es complicado comprenderlo y sobre todo valorarlo cuando uno tiene la posibilidad de ver. Cuando uno tiene las cosas, las valora poco. No tenemos una educación que nos ayude a comprender el tema, solamente viviéndolo.”
Generalmente, a las personas ciegas o con discapacidad física se les permite entrar a la estación por la “puerta de cortesía” en lugar de usar los torniquetes, y así lo hizo el funcionario con el apoyo de sus guías ciegos.
Roberto estaba asombrado por la facilidad de estos usuarios con discapacidad visual para desplazarse por el Metro: “Lo que sí es que se vuelven muy sensibles y poderosos, ahorita Marcos me platicó toda la línea, me señaló cosas que yo no había notado”.
Sin embargo, Marcos atajó de inmediato esa idea de la persona con discapacidad como alguien con superpoderes: “Lo que pasa es que conozco la estación porque es mi área laboral, es como mi oficina, mi casa, es como el patio de mi casa”, explicó.
Pedro Rojas también hizo una aclaración más que pertinente: “Eso que menciona Roberto, el que nosotros desarrollemos nuestros otros sentidos, no justifica las barreras que la sociedad ha puesto para obstaculizar nuestro libre tránsito y de alguna manera fomentar discriminación, violentarnos verbal, físicamente, psicológicamente. Entonces el que nosotros desarrollemos nuestros otros sentidos no es una justificación para que la sociedad no pueda concientizar y cooperar para que podamos hacer una vida como ustedes.”
Roberto fue ahondando en su reflexión sobre el reto de informar y hacer que la gente tome conciencia sobre las necesidades de movilidad de las personas con discapacidad:
“Es un trabajo complicado porque es básicamente de educación. Te voy a ser honesto, yo me había subido al metro y nunca las había visto (las ranuras en el piso que sirven de guía para los usuarios del bastón blanco) porque no les había puesto atención y si en algún momento las vi no sabía para qué eran, pensé que eran para….” Rogelio Castillo, también ciego, le ayudó a completar la frase: “¡para que corriera el agua!”. “¡Exactamente!”, rió Roberto, sin más remedio que aceptar la broma.
Pero la visita guiada para el funcionario apenas estaba empezando:
– Ahorita te falta lo más difícil.
-Ah, ¿todavía hay más?
-Vamos a bajar en escaleras eléctricas y vamos a entrar al andén y a abordar el tren.
Video
Trenecito y peligros en el andén
Así lo hicieron, usando la técnica de avanzar por los pasillos en “trenecito”, como dicen los compañeros ciegos, donde uno va al frente abriendo camino con su bastón blanco, y el resto va detrás en una sola fila, tomándole del hombro al de enfrente. En esta ocasión llevaban al frente a una compañera que sí ve, o normovisual, quien les ayudaba a avanzar con mayor agilidad. Ahí, en la parte final del trenecito iba Roberto Olvera, el funcionario “ciego por un día”, tratando de coordinar el paso, mientras ponía una mano en el hombro de su guía y con la otra movía el bastón.
Así descendió por la escalera fija, por la eléctrica y luego fue conducido hasta el borde del andén que Roberto pudo percibir con el bastón.

Ahí los compañeros ciegos tuvieron la oportunidad de explicarle al funcionario la razón de otra de sus demandas de accesibilidad: que se les permita acceder a los primeros vagones del metro. En el andén, un gran bloque naranja o “mariposa”, como se le llama, separa los dos primeros vagones destinados a mujeres y niños y solo mujeres con discapacidad; los hombres con discapacidad visual o física no pueden entrar en esa área.
Lo que sucedió cuando el grupo de hombres ciegos abordó el tren desde atrás del bloque naranja, fue que el operador cerró la puerta muy rápido, sin dar tiempo suficiente para entrar. Apresuradamente y a empujones, Roberto y todos los demás pudimos entrar, pero él estuvo a punto de perder el bastón. Marcos le explicó:
“Es que no te alcanza a ver el operador, le está tapando la mariposa, por eso nosotros pedimos que nos dejen abordar en las áreas delanteras, pero nos dicen que no, pero es para que nos vea el operador. Cuando fui camionero me di cuenta que si un vehículo pequeño se te pega en el ángulo de la caja hacia el tractor, no lo ves. Lo mismo pasa aquí. Es por nuestra seguridad que pedimos estar más visibles para el operador”.
Al inicio del recorrido, caminar por la estación Centro Médico no tuvo mucha dificultad, pues ya no había puestos ambulantes, pero los guías llevaron a Roberto a la estación Tacubaya, en el trasbordo de la línea 9 a la 1 y a la 7. Ahí todavía había vendedoras en los pasillos.
Roberto se quitó el antifaz para poder observar la situación, luego de haber palpado con el bastón blanco las mercancías en el piso y constatar cómo se obstruye la movilidad por los puestos de comercio ambulante.
También le tocó ser testigo de una interacción poco amable de los policías con las personas ciegas en uno de los pasillos, quienes les pedían no interrumpir el paso. El funcionario aprovechó la oportunidad para pedir a los oficiales que apoyen a personas ciegas con amabilidad.
Al final del recorrido, Roberto Olvera Hernández nos compartió su impresión…
“Es una situación muy complicada,no es nada fácil poderse manejar sin ver, sumándole que hay escaleras, escaleras eléctricas, se complica más, están más propensos a tener accidentes. Evidentemente es necesario generar una cultura diferente como país, como ciudad”.
“Sin duda se tendría que hacer alguna capacitación para los policías, para que den un apoyo a un usuario con cualquier discapacidad, y tratar de facilitar el recorrido, es lo que tendrían que hacer. (La idea sería) que llegue el oficial preguntando ¿en qué te ayudo?
Marcos comentó que eso sería lo indicado. “Pero ahora llega el oficial sin identificarse y te toma del brazo, uno se pregunta ¿quién me agarró?”
El funcionario del Metro CDMX reconoció que el generar beneficios para las personas con discapacidad tiene que ser un proyecto constante en el que las necesidades de los usuarios se tomen en cuenta desde un inicio.
Ante el recordatorio de Pedro Rojas, de que la presencia de las vendedoras ambulantes generó un problema que se dejó crecer y cada vez fue más difícil contenerlo, el subgerente de Permisos Administrativos Temporales Revocables comentó que ya se están tomando acciones para poder regularizar la situación en las estaciones del Metro con relación a los puestos ambulantes a cargo de mujeres. “Sin duda causa incomodidad y molestia, pero se va a solucionar. Seguro va a haber una solución pronta”. Roberto Olvera se despidió agradeciendo la oportunidad de haber realizado el ejercicio de sensibilización.
Suspensión definitiva
Y mientras avanza la liberación de estaciones del metro, este miércoles el Colectivo de Personas con Discapacidad fue informado de que el Instituto de la Defensoría Pública que logró obtener la resolución de un juez favorable al amparo que promovieron. La abogada Jazmín Rosales les comunicó que el juez otorgó una “suspensión definitiva”, lo que significa que ordenó a la autoridad del Metro a que gire las instrucciones necesarias “para el restablecimiento de los derechos de movilidad y accesibilidad para el uso del metro para personas con discapacidad”. Asimismo, le ordena que lleve a cabo campañas de accesibilidad, educación vial y respeto a las personas con discapacidad en su tránsito por ese transporte, así como a evitar cualquier tipo de discriminación que les afecte en el ejercicio de sus derechos.
En otras palabras, si bien aún no se resuelve el fondo del asunto reclamado en el amparo, esta suspensión definitiva significa que todas las guías podotáctiles deben ser liberadas de inmediato.
Resistencia al desalojo
Los grupos de mujeres que durante meses han defendido la invasión de las estaciones del Metro con mercancías de todo tipo como una “protesta por la economía” y las afectaciones derivadas de la pandemia se están resistiendo a los operativos de desalojo. La tarde de este miércoles la policía tuvo que cerrar varias estaciones del centro de la Ciudad porque las vendedoras intentaron reingresar a la fuerza. Hasta el momento, las autoridades se han mantenido firmes en la acción de no permitir que se vuelvan a instalar. Hay que recordar que el Metro justificó el desalojo de las comerciantes por razones de seguridad de los usuarios en general y para cumplir con las medidas de protección civil, en riesgo por la ocupación de las áreas de tránsito. La tensión continúa.
Notas relacionadas:
Se resiste el Metro a liberar las guías podotáctiles invadidas por comerciantes feministas.
Felicidades a las personas ciegas que sensibilizaron a los funcionarios del metro, mi hijo también es ciego y ojalá les permitan el acceso al primer vagón ya que así se guían no es por capricho que entiendan los policías que es un punto de partida para no perderse y también para ser vistos por el operador, los vendedores ambulantes impiden el libre tránsito de todos los usuarios y mucho más a las personas ciegas que no pueden ver donde pisan.
Hay que ayudar a que se trasladen con mayor facilidad.
Muchas gracias por tomar el asunto con seriedad y darle al funcionario Roberto Olvera el curso de Concientización y empatia a favor de las personas con Discapacidad Visual. Ahora también hace falta hacerlo con los otros tipos de Discapacidad! Somos muchas personas en sillas de ruedas, andaderas, bastines muletas, etcétera… Pero no solo a personal directamente del metro. También a los oficiales. A muchos les falta la educación para entender a las PcD… Que no quede solo en la prueba para un funcionario… Que sea para todos y todas las personas que brindan sus servicios en el transporte… En taquilla, en andenes, a los operadores, etc. Muchas gracias por su atención ya que soy PcD usuaria del transporte público.